Bodas
Qué bonito es cuando la vida te sorprende y te lleva a descubrir lugares inimaginables, emociones que pensabas que no podías llegar a sentir, qué seríamos sin sueños e ilusiones, sin objetivos ni proyectos.
Era un 22 de Julio, atrás quedaban meses de planificación, risas e ilusiones, de ese “quiero que salga todo perfecto”, «quiero que sea el mejor día de nuestra vida», «quiero que toda la gente que me importa comparta nuestro momento y que por un momento, se pare el tiempo»; que el recuerdo de ese beso, de ese abrazo, sea eterno. Porque así pasa… en un momento… sin que te des cuenta… y lloras… porque no quieres que termine, porque repetirías una y mil veces ese día… porque mi historia es vuestra historia… porque para mí, vosotros sois lo que yo sentí un día, una vez, un momento; y ese momento vuestro una vez fue mío.
No dudéis ni por un instante que haré todo lo que mi corazón mande para que vuestro recuerdo sea eterno. Recordad que vuestra historia fue un día mi historia. A vuestro lado para que vuestro día sea sólo vuestro y de los vuestros.